El Festival de Cine de San Sebastián, conocido por su relevancia en la escena cinematográfica internacional, no solo es un evento anual donde se premian las mejores producciones del año, sino que también guarda en su historia anécdotas inolvidables relacionadas con la gastronomía. Este mismo 2024, el actor Andrew Garfield, se ha pasado una semana en Donostia surfeando, comiendo pintxos y visitando restaurantes con estrellas Michelín. Pero también han solido visitar algo tan tradicional como las sociedades gastronómicas. Y la anécdota que más se recuerda es la del año en la que Kirk Douglas cocinó una merluza en Gaztelubide digna de una Concha de Oro.
En 1958, durante la sexta edición del Zinemaldia, Douglas acudió a presentar la película Los vikingos, dirigida por Richard Fleischer. El actor no solo se llevó el premio a mejor actor junto a James Stewart (por Vértigo), sino que también dejó una huella imborrable en la ciudad. Su sencillez y carisma conquistaron al público donostiarra. Paseó por las calles de San Sebastián, firmó autógrafos, disfrutó de la playa y participó en una cena en la famosa sociedad gastronómica Gaztelubide. La prensa local recogió detalles de su sorpresa ante la belleza del paisaje vasco y la cálida bienvenida que recibió.
Hoy, más de seis décadas después, el Zinemaldia sigue siendo un referente del cine internacional. Esta noche, en la gala de clausura de su edición 2024, se conocerá al ganador de la Concha de Oro. Entre las películas favoritas se encuentran Los destellos de Pilar Palomero y On Falling de Laura Carreira, dos historias que, al igual que el festival en su conjunto, han emocionado tanto a la crítica como al público.
Así, el Zinemaldia conecta pasado y presente, manteniendo su esencia como punto de encuentro para grandes figuras del cine y nuevas voces que marcan el futuro del séptimo arte.